En el País Vasco, formando parte de la provincia de Álava, se encuentra la pequeña localidad de Gujuli, que depende del municipio de Urcabustaiz. Se halla cerca de la capital provincial, la ciudad de Vitoria, distando de la misma sólo unos 30 kilómetros.
A tan sólo 1 kilómetro de Gujuli se encuentra uno de los parajes más bellos de nuestra geografía, un rincón hermoso y espectacular, conocido con el nombre de Cascada de Gujuli, ubicado en pleno Parque Natural de Gorbeia.
El responsable de tan impresionante escenario es un arroyo, el Oiardo, un afluente del río Altube, que vierte sus aguas en el río Nervión. Las aguas de este humilde arroyo, que bajan pacíficamente desde las altas sierras, al llegar al término de Gujuli hacen un salto espectacular, provocando una cascada de 103 metros de altura, convirtiendo este rincón en un verdadero paraíso.
Se aconseja visitar la cascada durante las estaciones de otoño o primavera, ya que en verano el caudal del agua no es suficiente para provocar esta espectacular caída. En cambio, durante los meses mencionados el caudal que lleva el arroyo es considerable, y el espectáculo digno de verse. Además, si se puede es muy aconsejable acudir por la mañana, ya que la combinación de los rayos del sol con la espesa cortina de agua de la cascada aumentan considerablemente la gran belleza y la magia de este lugar. Otro consejo para el visitante es contemplar la caída del agua desde distintos lugares y ángulos, ya que cada uno de ellos nos ofrecerá una imagen diferente, a cuál más atractiva.
Al borde del precipicio de la cascada veremos un pequeño sendero, por el cual podemos pasar para ver mucho mejor el espectáculo, aunque se debe tener un gran cuidado con los resbalones, ya que como es normal está siempre lleno de barro. Incluso existe la posibilidad de descender hasta el río para poder contemplarla desde allí, para lo cual veremos también una estrecha y empinada senda que nos conducirá hasta allí. Sin embrago, se ha de tener en cuenta que ello comporta unos riesgos, no siendo aconsejable para todos.
Los que no deseen arriesgarse tanto, encontrarán, al otro lado del precipicio, un mirador desde el cual podrán tener una fantástica panorámica de la cascada, sin correr peligro alguno.