Quienes decidan pasar unos días practicando el turismo rural en la provincia de Zaragoza, y, aunque interesante para todos, especialmente para aquéllos que sean aficionados a las setas, pueden acercarse hasta el Centro de Micología situado en la localidad de San Martín de la Virgen del Moncayo.
Se trata de un pequeño y tranquilo pueblo cuyos vecinos no llegan a los 300, situado en la comarca de Tarazona y el Moncayo, en cuyos alrededores son muy abundantes las setas, lo cual les dió la idea de fundar este pedagógico centro dedicado a ellas.
Se trata del primer centro de nuestro país que versa sobre este exquisito producto que la tierra nos ofrece. Se fundó con el objetivo de acercar al público en general, sea ya experto en el tema o no, el apasionante mundo de las setas, profundizando sobre el mismo.
Un recorrido por este centro es apropiado para todo tipo de personas, ya que todos saldremos del mismo sabiendo muchas más cosas que cuando entramos. Tanto la persona de la que puede decirse que ni tan sólo ha oído hablar de setas como la que es muy experta en la materia, pasando por el aficionado que sale de vez en cuando a recoger dicho producto pero sin grandes conocimientos, todos vamos a sacar provecho del recorrido.
Durante dicho recorrido podremos contemplar una extensa exposición de diversos tipos de setas, todas ellas propias de la comarca. Además, encontraremos también una exposición de fotografías explicativas, una biblioteca llena de ejemplares sobre el tema y una sala en la que se proyectan interesantes documentales, además de una sala de conferencias y otra de reuniones.
Los aficionados al arte disfrutarán además de otro añadido, ya que en el centro hay una sala en la que se exponen muchas obras, tanto de pintura como de escultura, todas ellas relacionadas de alguna manera con las setas.
Podemos contemplar la visita al Centro de Micología conociendo los entornos de la localidad, de una gran belleza, ya que se encuentra formando parte del Parque Natural del Moncayo, ideal para el senderismo y los paseos.
En la localidad podemos visitar su Iglesia de San Martín de Tours, y en las afueras el Real Monasterio de Santa María de Veruela, una bella abadía cisterciense del siglo XII con un impresionante claustro.
Y si decidimos comer en alguno de los restaurantes de la zona, tendremos la posibilidad de degustar alguno de sus platos elaborados con los productos de su tierra, como las setas, las borrajas, las patatas del Moncayo, los quesos y la miel, sin olvidar tampoco su exquisito cordero lechal.