La isla de Menorca, situada dentro del archipiélago balear, es sin lugar a dudas uno de los puntos turísticos más importantes de nuestro país, siendo visitada cada año por un gran número de turistas, tanto nacionales como extranjeros, que llegan a ella atraídos sobre todo por la belleza de sus playas y calitas, de aguas limpias y tranquilas.
Sin embargo, la isla es mucho más que esto, y su atractivo natural no sólo está en sus playas, disponiendo de algunos espacios tan hermosos e interesantes que realmente vale la pena durante una estancia en la misma conocerlos. Es realmente descubrir la isla desde una óptica nueva y diferente.
Uno de estos paisajes lo constituye el llamado Barranc d’Algender, un espacio de una gran espectacularidad al mismo tiempo que un ecosistema de un gran valor medioambiental.
En el año 1998 este lugar fue declarado Patrimonio de la Humanidad, y podemos decir que se trata de un territorio que prácticamente podemos calificar de virgen. Se encuentra situado en el término municipal de Ferreries, en el partido judicial de Ciutadella, extendiéndose a lo largo de 6 kilómetros que terminan en una de las más bonitas playas de la isla, la playa de Cala Galdana.
Se trata de una ruta muy aconsejable para hacer, ya que durante la excursión, que tanto podemos realizar a pie como en bicicleta, descubriremos rincones y parajes espectaculares, con bruscos acantilados, restos de construcciones de otras épocas e incluso terrenos que nos sorprenderán por usar técnicas de cultivo ya centenarias.
Todo ello en medio de una vegetación muy frondosa entre la cual se abren caminos que pueden calificarse de milenarios, testigos del paso por ellos de pastores y agricultores de estas tierras a lo largo de los siglos. Podremos contemplar también cómo a lo largo de su recorrido, en algunos tramos el barranco adquiere unas dimensiones colosales.
Si decidimos hacer este recorrido, no debemos perdernos por nada la sobrecogedora e impactante vista de la que se puede disfrutar desde la parte de arriba del barranco. También es posible, y es una experiencia aconsejable para no perderse, pasear por el fondo del barranco, momento en el que uno se siente pequeño rodeado de tanta majestuosidad. En todo momento, por supuesto, deberemos tener el máximo respeto hacia la riqueza de este ecosistema.
Además de su gran belleza natural, este espacio tiene una gran importancia histórica, ya que en él se han encontrado restos humanos que están considerados como los más antiguos de los hallados en la isla hasta este momento, y que datan del año 2.200 a.C. Corresponden al período pretalayótico, época en la que los habitantes que estas tierra poblaban vivían en cuevas o incluso en el fondo de los barrancos, siendo personas dedicadas a la agricultura y a la ganadería.
Foto: Manua1971